
Los rábanos son unas plantas muy agradecidas en el sentido de que no necesitan muchos cuidados, crecen rápido y se aprovecha todo de ellos.
Crecen perfectamente en invierno. Según hemos leído incluso les gusta un poco de frío. Con sólo cuatro horas y media de luz directa en estos meses invernales los hemos cosechado sólo dos meses y medio después de plantarlos.

Aquí, en Andalucía, estamos acostumbrados a comer solamente las raíces, pero las hojas están también riquísimas. Se pueden tomar en ensalada, o codidas. Tienen un regusto a rábano -no parece extraño- y quizás el sabor sea un poco fuerte para algunos, pero mezclados con otras verduras están muy bien. Además tienen muchas propiedades y nutrientes.
Por supuesto, ya hemos plantado más.

Hemos plantado más lechugas, rúculas, nabizas y canónigos en semillero; y cebollino y mejorana en maceta.
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