miércoles, 28 de febrero de 2007

Visitantes en el huerto

Hace unos días apareció una puesta de huevecillos en una hoja de una de las coles gallegas. Varios días después encontramos otra puesta similar en las hojas de las capuchinas. En ambos casos, fueron eliminadas.

Hoy, mientras disfrutábamos de un espléndido sol matinal, sentados en la terraza, vimos aparecer una mariposa, en concreto, una mariposa de la col (Pieris brassicae). Tras revolotear sobre casi todas las plantas finalmente se posó sobre una col. Nuestra curiosidad nos llevó a observar qué hacía. Vimos como estaba poniendo sus huevos, perfectamente ordenados, en el envés de la hoja. Así descubrimos de donde procedían los huevos de los días anteriores.

Luego, no habiendo terminado esta mariposa con su trabajo, apareció otra de la misma especie.

Tras esto decidimos observar con más detenimiento como se desarrollaba el día en el huerto. Observamos mosquitas, abejas, avispas... En fin, una variada fauna invertebrada que nos ha llevado a pensar que entre los habitantes artrópodos del barrio se está corriendo la voz de que hay un huerto en las alturas muy interesante, tanto para visitarlo como para dejar a la progenie, que alimento no falta.

Como ya comenté en otra entrada de esta bitácora, nuestra obligación como hortelanos, es luchar contra estas puestas. La obligación natural de los insectos es tratar de colarnos a sus hijos sin que nos demos cuenta, hasta que se hayan comido la mitad de la cosecha. Como amante de la naturaleza no puedo más que disfrutar con estos documentales en vivo. Y como "blogger" cotilla es mi obligación contarlo, aunque a nadie le interese.

Por cierto, es obligación de Pepe vigilar, y avisar de lo que ocurre. Pero esta vez se la han colado.

Paseo visual por el huerto

Como ya hemos comentado el huerto está a pleno rendimiento. A continuación, se pueden ver varias fotos con algunos de nuestros protagonistas. En otras entradas continuaremos con el paseo.




Col gallega (berza asturiana)










Nueva generación de rábanos.










Canónigos.











Lechuga que muy pronto estará en la ensaladera.













Capuchina en flor.










Pepe, mascota del huerto y fiel vigilante, entre plantas de judías.

lunes, 26 de febrero de 2007

Exquisita ensalada

Nuestro huerto ya se encuentra en plena producción. Hemos cogido la primera lechuga, y los berros, rúculas y acelgas ya han crecido lo suficiente como para poder ir cogiendo hojas para añadir a la ensalada.

En la foto, las rúculas más desarrolladas.

viernes, 23 de febrero de 2007

Cosecha de nabizas

El 18 de febrero recolectamos nuestra primera cosecha de nabizas. Fue todo un éxito. Vigorosas y sabrosas hojas que han servido para hacer un exquisito caldo gallego del que ha disfrutado toda la familia.

Luego, cubrimos las macetas con plástico y las pusimos al sol para que el calor matara las posibles puestas de algún bicho. Y después de tres días ya hemos realizado otra plantación de nabizas, esta vez tres jardineras. Esperemos que salgan tan sanas y ricas como estas últimas.





En las dos primeras fotos puedes ver una planta de nabizas (grelos).








En la tercera foto se puede ver nuestra cosecha completa.

sábado, 10 de febrero de 2007

Primera plaga del año


A pesar de haber tenido un invierno de temperaturas muy moderadas, los insectos no han dado señales de vida en los dos últimos meses. Las temperaturas algo más frías y los días más cortos no les dejan muchas oportunidades de mostrar su actividad. Pero la llegada de los días más largos y la subida de las temperaturas han provocado el comienzo de otro ciclo de vida.

Los huertos, aunque con intervención humana, son sistemas naturales. Donde hay plantas pronto aparecerán bichitos "listillos" que vendrán a buscar comida, y puede ser que otros bichitos también listillos que vendrán a comerse a los anteriores, creando un ecosistema pequeño, pero muy activo.

El hortelano, entenderá todo esto; pero, siendo también otro ser vivo de este ecosistema, que además quiere comer de la misma planta que el primer listillo bichito, hará que surja uno de los principales motores de los ecosistemas: la competencia.

Pues exactamente eso nos ha ocurrido a nosotros. Nuestras magníficas nabizas, que como podéis comprobar en la foto "están para comérselas", han recibido la visita de un nuevo inquilino que además de querer habitar en ellas quiere comérselas. Nosotros, que también queremos comérnoslas, no hemos recibido con agrado esta visita. Por lo que nos hemos puesto manos a la obra para pedirles a estos okupas que se vayan a huertas y campos más grandes.


Nuestros visitantes son minadores de las hojas (Lyriomiza sp.), y les encanta comerse las hojas por dentro, dejando la epidermis intacta y creando una red de túneles en su interior(ver foto).

Resulta que este bichillo es un díptero (mosquita), cuyos jóvenes vástagos disfrutan haciendo túneles.

Combatirlos con medios ecológicos es difícil. Sólo nos queda ir eliminando las hojas afectadas manualmente. Al ser nuestro huerto no muy grande y la plaga no muy extendida hasta ahora el trabajo parece que será posible sin eliminar mucho de nuestra futura cosecha.

También, vamos a utilizar otro medio biológico de lucha, el Bacillus thuringiensis. Este ser vivo es una bacteria muy eficaz contra larvas de lepidópteros -las típicas orugas-, y menos contra larvas de otros insectos. No sabemos como irá con los minadores, pero vamos a probar. Este bacilo provoca problemas gástricos e inanición en las larvas que lo comen provocando su desaparición.

En la agricultura ecológica, el objetivo fundamental no es eliminar todo ser vivo que no sean las plantas, incluso aunque se las coman, lo que se pretende es tener las plagas controladas para que el daño no sea muy grande, pero siempre manteniendo una dinámica propia de un ecosistema lo más natural posible.

En fin, que cuando estás cuidando tus plantitas y, de repente -¡Horror!-, descubres un bicho comiéndoselas, no sienta muy bien. Pero, luego, en frío, piensas "si un bicho viene a comérselas es porque deben estar muy buenas" -y la autoestima te sube un poco-. Luego te alegras de que en la terraza haya tanta vida -ese es uno de los objetivos del huerto urbano: permitir un poco de vida entre el cemento-. Después, surge el reto de intentar controlar la situación -lo que te proporciona otra bonita y enriquecedora experiencia. Y, finalmente, como escritor de bitácoras, piensas: "si no fuera por estas cosas que pasan ¿qué coño iba a escribir?".

¡Hay que ser positivos!

lunes, 5 de febrero de 2007

Primera cosecha del año

Este fin de semana hemos recogido nuestra primera cosecha del año. Un magnífico manojo de rábanos, que por cierto estaban buenísimos. Podéis ver algunas fotos de ellos.

Los rábanos son unas plantas muy agradecidas en el sentido de que no necesitan muchos cuidados, crecen rápido y se aprovecha todo de ellos.

Crecen perfectamente en invierno. Según hemos leído incluso les gusta un poco de frío. Con sólo cuatro horas y media de luz directa en estos meses invernales los hemos cosechado sólo dos meses y medio después de plantarlos.


Aquí, en Andalucía, estamos acostumbrados a comer solamente las raíces, pero las hojas están también riquísimas. Se pueden tomar en ensalada, o codidas. Tienen un regusto a rábano -no parece extraño- y quizás el sabor sea un poco fuerte para algunos, pero mezclados con otras verduras están muy bien. Además tienen muchas propiedades y nutrientes.


Por supuesto, ya hemos plantado más.

Como a partir de ahora hay cada vez más luz, el huerto está creciendo que es una maravilla. Las nabizas están grandísimas, las acelgas crecen sin parar, las capuchinas va a empezar a echar flores, las lechugas pronto estarán para comérselas, etc.

Hemos plantado más lechugas, rúculas, nabizas y canónigos en semillero; y cebollino y mejorana en maceta.

sábado, 3 de febrero de 2007

Semana de fuerte viento

Nuestra terraza mira al este. Por ello, los días en que el viento sopla de esa dirección lo notamos con más intensidad. Cuando el viento no es muy fuerte, las plantas se mueven suavemente. Esto es bueno, pues los tallos de las plantas se fortalecen. Pero cuando el viento sopla con más fuerza las plantas pueden sufrir problemas.
Aquí, el viento sopla a menudo, y el viento del este suele soplar fuerte, por ello nos vemos obligados a proteger las plantas. A veces improvisamos un invernadero con plásticos, otras, cuando ni los plásticos aguantan nos vemos obligados a meterlas en la casa. Es sabido que la vida del agricultor es dura, pues está expuesta a los avatares del tiempo. En la terraza, aunque no comparable con la vida en el campo, hay que enfrentarse a las malas condiciones atmosféricas de igual manera. El trabajo y la ilusión de mucho tiempo puede perderse en pocos minutos. Nuestra gran ventaja es que todo se puede meter en casa. No obstante hay que estar siempre atento a cómo varía el tiempo.
Tener un huerto, aunque sea en la terraza nos hace ser más conscientes de todo esto, ser más conscientes de la naturaleza, al fin y al cabo.